Las cifras de prestaciones de los teléfonos más caros y potentes del mercado están falseadas. Esto no es una opinión ni una sospecha, sino la clara consecuencia de una clientela obsesionada con los números y unos fabricantes con tan pocos escrúpulos como abundante retórica a la hora de marear la perdiz. La técnica empleada para engañar a los benchmarks es sencilla: el software interno de tu móvil está programado para detectar la presencia de aplicaciones de medición de rendimiento; cuando una de ellas se activa, automáticamente el teléfono entra en overdrive, acelerando las prestaciones del chipset más allá de lo normal. Técnicamente no es un overclocking al uso, dado que las velocidades de reloj obtenidas entran en las capacidades del propio hardware, pero al no tener que considerar el uso de la batería o la temperatura del procesador, es posible exprimir unos cuantos puntos más de lo que sería posible usando el rendimiento que los usuarios se encuentran en el día a día. Estas estrategias desvirtúan análisis, engañan a los consumidores y se han convertido en motivo de polémica, pero pronto llegarán a su fin si GameBench consigue su propósito.
Esta nueva startup formada por antiguos ingenieros de ARM y MediaTek afirma haber creado el benchmark para acabar con todos los benchmarks, un software a prueba de trampas que podrá ser utilizado para analizar las prestaciones de los teléfonos con Android sin miedo a que sus fabricantes accionen el botón de turbo cuando nadie está mirando. GameBench se encuentra en fase de desarrollo y no será lanzada hasta el primer trimestre del año que viene, pero Engadget ya ha podido observar los resultados obtenidos por los HTC One y Galaxy S 4 en la versión beta. Es posible que te sorprendan.
El arma secreta de GameBench es la forma en la que mide las prestaciones de los teléfonos a analizar. En lugar de usar pruebas fácilmente predecibles por el teléfono y de corta duración, identificándose claramente a ojos del sistema como un benchmark, la aplicación se ejecuta de fondo mientras te diviertes con tu juego favorito, midiendo mientras tanto parámetros como el número de cuadros por segundo y la velocidad a la que se agota la batería. Mirando los datos obtenidos por el Galaxy S 4 y el One, es evidente que el smartphone de Samsung ofrece unas mejores prestaciones a nivel de procesamiento, aunque a cambio su rival taiwanés se beneficia de una mayor eficiencia energética. En benchmarks como la prueba T-Rex de GFXBench, el resultado hubiera sido prácticamente el mismo.
La puntuación final de las pruebas se obtiene usando un algoritmo especial que trata de equilibrar capacidad de procesamiento con autonomía. GameBench puede ser utilizado para hacer comparaciones 1:1 entre teléfonos, pero su puntuación combinada es uno de sus mayores atractivos. Por ejemplo, el Samsung Galaxy S 4 se ve penalizado al ejecutar Real Racing 3 por su elevado consumo de batería, que rebaja algunos puntos pese a acercarse más que el HTC One a los ansiados 30 FPS, mientras que el HTC One, a pesar de hacer un uso mucho más comedido de la batería en Minion Rush, ve caer su puntuación de forma notable ante su incapacidad de superar los 19 FPS. Una vez está todo dicho y hecho, el Galaxy S 4 se impone con diferencia sobre su gran rival.
De nuevo, aquí es donde se ve la importancia de tener un benchmark capaz de medir el rendimiento de nuestros teléfonos durante un uso real y cotidiano. Para GFBench no hubiera habido diferencia alguna. Después de todo, un Snapdragon 600 debería ser lo mismo en todas partes, ¿verdad? Bien, ya ves que eso no es exactamente así.
Así las cosas, y asumiendo que los ingenieros de las grandes compañías no traten de buscarle la vuelta con nuevas triquiñuelas, todo apunta a que se acabó el poder engatusar a los usuarios con cifras de prestaciones que luego no se corresponden con el rendimiento real de sus teléfonos. Y lo que es igual de importante: los consumidores que primero y ante todo se guían por los benchmarks antes de cambiar de móvil, por fin tendrán una herramienta a su disposición para comparar las opciones disponibles en el mercado de forma más fidedigna.
Sin querer correr el riesgo de usar ahora un único benchmark como vara de medir (algo que en Engadget no haremos por pura prudencia), la mera presencia de GameBench tal vez sirva para estimular a las compañías a ser más sinceras. Si en el peor de los casos los juegos terminan corriendo más rápidos para tratar de engañar a GameBench... al menos los resultados seguirán siendo más representativos.
Sin querer correr el riesgo de usar ahora un único benchmark como vara de medir (algo que en Engadget no haremos por pura prudencia), la mera presencia de GameBench tal vez sirva para estimular a las compañías a ser más sinceras. Si en el peor de los casos los juegos terminan corriendo más rápidos para tratar de engañar a GameBench... al menos los resultados seguirán siendo más representativos.
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