La batalla legal entre Samsung y Apple es una de las más cruentas de la historia de la tecnología. En agosto del año pasado todo parecía acabar con una sentencia que obligaba a pagar a Samsung 1.050 millonees de dólares a Cupertino, pero la juez Koch ordenó el pasado mes de marzo hacer una revisión de las cantidades que, según ella, estaban mal calculadas.
El culebrón legal podría haber acabado tras la sentencia de ayer. La juez Koch redujo en 450 millones de dólares la cantidad inicial en aquella revisión, y ahora se ha sentenciado que la “segunda parte” del pago ascenderá a 290 millones de dólares, con lo cual la cantidad final total será de cerca de 900 millones de dólares.
La juez Lucy Koh dejó claro al jurado que sus miembros no debían decidir si Samsung había violado o no las famosas patentes de Apple —algo que ya se determinó en el juicio previo— sino la cantidadque Samsung debía pagar de forma adicional tras esa revisión del cálculo en concepto de daños.
La juez Lucy Koh dejó claro al jurado que sus miembros no debían decidir si Samsung había violado o no las famosas patentes de Apple —algo que ya se determinó en el juicio previo— sino la cantidadque Samsung debía pagar de forma adicional tras esa revisión del cálculo en concepto de daños.
Entre los teléfonos afectados están los modelos Fascinate, Galaxy S 4G, Galaxy S II Showcase, Mesmerize y Vibrant. Sin embargo, a última hora Samsung emitió una moción de emergencia tras descubrirse que la oficina de patentes de los EE.UU. indicó que una patente implicada en el caso podría no ser válida.
El cuento de nunca acabar
Por supuesto, esta batalla legal que comenzó en abril de 2011 está lejos de acabar. Tanto Apple como Samsung han realizado declaraciones sobre esa última sentencia —por supuesto, a ninguno de los dos le ha parecido especialmente justa— y es probable que ambas apelen dicha sentencia para tratar de mejorar el respectivo resultado para ellos mismos.
Aquel proceso inicial se basaba en un argumento básico: Samsung copiaba el diseño de los productos de Apple. No solo el externo —sería difícil encontrar un móvil que, en base, no recordara al iPhone original— sino también en el que afectaba a su interfaz y experiencia de usuario.
Apple lograba una sentencia inicial a su favor pocos meses después, pero no mucho después era Samsung la que a su vez lograba una victoria parcial en esa interminable guerra de patentes.
Aquel toma y daca continuó y se extendió a Europa, con pasos adelante y atrás de ambas empresas en países como Alemania y Holanda. El proceso pareció cerrar capítulo casi de forma definitiva el pasado mes de agosto de 2012, pero como decimos, la juez encargada del caso acabó revisándolopara recalcular la sentencia económica que Samsung debía pagar por daños a Apple.
Esta nueva cantidad será apelada, como decíamos, pero la batalla legal continúa ya que hay un segundo juicio pendiente por violación de patentes que afecta a productos como el iPhone 5 y el Samsung Galaxy S4, y que está programado para marzo de 2014. ¿Terminará entonces esa batalla legal? Muchos lo dudamos.
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